De lo que dejamos expuesto se desprende la gran importancia de las instituciones de enseñanza donde se combina sistemática y armoniosamente el trabajo y el estudio. Importancia que son de carácter pedagógico, económico-sociales, cívico-morales, etc. La importancia de un sistema coordinado de educación por el trabajo y el estudio salta a la vista:
1. Basa la enseñanza en una relación de estricta dependencia entre el saber intelectual y el trabajo productivo, aplicando realmente la teoría científica del conocimiento, la cual nos enseña que la percepción sensorial es el punto de partida en todo conocimiento verdadero, que las ideas abstraídas en el cerebro son el reflejo del mundo exterior convertido en concepto tras un proceso de elaboración, que toda actividad práctica constituye la materialización de una idea anteriormente elaborada por la mente y que cualquier concepto, por abstracto que parezca, tiene su origen en una actividad práctica.
2. Son las actividades productivas y sus problemas los que han permitido a los hombres conocer las propiedades de las cosas y de los fenómenos y penetrar en su esencia, hechos que han dado origen a todas las formas de conciencia social.
3. El espíritu social de fraternidad, colaboración, justicia, libertad, el carácter, la voluntad y demás valores morales y cívicos han surgido y se forman en las relaciones que forzosamente se establecen entre los hombres en el trabajo y en la vida social.
4. La importancia económica del sistema de escuelas de estudio y trabajo capacita a los educandos, física, moral e ideológicamente para desarrollar alguna actividad socialmente útil.
5. La importancia social de la enseñanza por el y trabajo y el estudio radica en que tiende a borrar las diferencias entre los hombres por razones de educación y a fortalecer la unidad de los pueblos.
6. Las escuelas de trabajo y de estudio despiertan entre los jóvenes y entre los comuneros el sentimiento de cambio, de transformación de las formas de trabajo y de vida.
Muchas virtudes prosperan sólidamente en un ambiente de trabajo, inclusive la disciplina consciente; por consiguiente, su implantación en la enseñanza nacional, se hace impostergable.
FUNDAMENTOS TEORICOS EN QUE SE BASAN LAS ESCUELAS DE ESTUDIO Y DE TRABAJO.
1. Relación ente la teoría y la práctica.
La “experiencia es madre de la ciencia” es un frase popular universal que expresa una verdad incontrovertible. Los hombres en su afán de dominar la naturaleza, desde los comienzos de su historia, han ido descubriendo las propiedades, el origen y la esencia de las cosas y, al mismo tiempo, aprendiendo a transformarlas de cosas inservibles en útiles a la sociedad.
La misma necesidad de someter a la naturaleza unió a los hombres y creó la sociedad; de esta necesaria unión, tanto más exigente en el período inicial de la historia, nació el lenguaje, la religión, el cálculo, etc. No hay conocimiento científico, ni práctica, ni elemento técnico que no haya nacido del trabajo productivo social.
Esta misma lucha por el dominio de la naturaleza enriqueció y enriquece las facultades intelectuales del hombre, perfecciona sus técnicas de trabajo, forma su carácter, su voluntad y sus sentimientos, dándoles conciencia de su poder físico y mental.
Existe, en consecuencia, una íntima dependencia entre el trabajo y el estudio, entre la teoría y la práctica; mientras el trabajo crea la ciencia y la técnica, los conocimientos perfeccionan, acrecientan y enriquecen el rendimiento de las actividades productivas.
2. Fundamentos sicológicos.
El desarrollo de los conocimientos humanos se opera inseparablemente de su desarrollo histórico-social, que camina de la ignorancia a la sapiencia, de los conocimientos imperfectos a los conocimientos cada vez más perfectos, pero nunca acabados.
Cada operación cognoscitiva es, de otro lado, todo un proceso con muchas fases diferentes conexas, que empieza con el contacto activo con los objetos fenómenos que los sistemas periféricos del sistema nervioso los transforman en sensación, que en seguida es percepción, luego representación y por fin conocimiento abstracto; operación que resulta tanto más intensa y permanente cuanto más directa e interesante y variada sea el contacto con el objeto “signalizador” (Los Reflejos Condicionados de Pavlov).
Las incidencias del trabajo cultivan la menoría o capacidad retentiva del cerebro, lo mismo que el carácter y la voluntad se forman frente a los problemas del trabajo. Se forman, además los hábitos y destrezas. Es muy importante caracterizar la naturaleza de los fenómenos de la conciencia, pues de la concepción que se tenga de su esencia se determinarán los métodos, los procedimientos y los sistemas de enseñanza. La teoría de que las ideas son el reflejo del mundo real determina, forzosamente, el empleo de métodos activos e intuitivos; la tesis contraria, de que las cosas son el reflejo de las ideas, determina los métodos pasivos y memorísticos.
3. Fundamentos pedagógicos.
a) La formación integral de los educandos.
Todo sistema de educación moderna acepta, como función de la enseñanza, atender la educación integral de los educandos, que comprende la educación intelectual, politécnica, física, artística y moral. Suele suceder, sin embargo, que tan hermosa tesis de educación nueva se entiende como atender los diversos aspectos de la educación, como asuntos separados e independientes, como si el desarrollo psíquico, físico y moral se cumpliera aisladamente.
La educación integral significa, por un lado, que se atienda al desarrollo armónico del niño como individuo, que se haga corresponder su desarrollo psíquico con el somático: a cada edad cronológica corresponde un edad mental específica; por otro lado, significa que se cuide de la formación intelectual, politécnica, moral, sentimental y física, que lo capacite para incorporarse como un miembro útil de la sociedad y que sea capaz de no sentirse frustrado en ningún caso, que se halle con posibilidades de emprender cualquier camino, de trabajo o de estudio.
Tanto el primer objetivo como el segundo se cumplen natural y eficazmente en las actividades productivas, que constituye el ambiente socializador por excelencia; porque, por fuerza, se tiene que desarrollar organizadamente: no hay trabajo, por pequeño que sea, que no implique un esfuerzo físico-mental y un régimen de organización al llevarlo a cabo.
b) La asimilación activa de los conocimientos.
En las escuelas modernas se aplica, con más o menos amplitud, el principio de “aprender haciendo”, es decir que se debe estudiar operando directamente con las cosas y los fenómenos objeto de estudio, para que la asimilación de los fenómenos objeto de estudio, para que la asimilación de los conocimientos sea activa, sólida y permanente.
Como el fin esencial de la enseñanza es transmitir a los jóvenes generaciones la herencia cultural acumulada por la humanidad a través del tiempo, y como dicho tesoro consiste en un cúmulo de capacidades y experiencias adquiridas en la vida de trabajo productivo en la escuela, haciendo una recapitulación condensada de este desarrollo, ha de transmitirse esta herencia utilizando los mismos medios que la engendraron: el trabajo productivo y demás actividades prácticas: excursiones, festivales, conservación y mejoramiento del local y del mobiliario, de los jardines, etc.
c) La sistematización y graduación del aprendizaje.
La sistematización del aprendizaje implica un proceso continuado y la graduación y dosificación, con relación a la capacidad física y mental del niño. Ningún procedimiento resulta más adecuado para poner en práctica esta concepción teórica de la educación teórica de la educación, que el trabajo.
Todo trabajo implica un proceso que va de lo imperfecto a lo perfecto, de lo sencillo a lo complejo, significa ordenamiento de cosas y de personas, para cada trabajo se distribuyen los maestros y los alumnos. Todo trabajo además tiene una serie de fases que se encadenan y completan, que despierta en los que lo ejecutan conciencia de proceso y de transformación cuantitativa y cualitativa de las cosas y de la relaciones del hombre con las cosas y con los demás hombres.
Así, el trabajo contribuye al ordenamiento y sistematización de los objetos, de la vida social y del pensamiento. El trabajo en las escuelas de estudio y trabajo facilita la sistematización, afianzamiento y comprobación práctica de los conocimientos aprendidos.
d) La disciplina consciente y natural. La disciplina es orden, es medida de seguridad y de eficacia para el trabajo y el estudio. En las escuelas de estudio y trabajo, la disciplina surge como una necesidad natural y consciente. Es una conducta inherente al desarrollo de las actividades.
No es producto de la consigna, ni de la imposición. Es disciplina activa y armónica que hace el trabajo ameno y liviano.
4. Fundamentos filosóficos.
Una concepción teórica sobre el mundo, la sociedad y el pensamiento humano guían las ideas y las acciones de los hombres. Las ideas que el educador tiene sobre los fenómenos naturales, sociales y cognoscitivos, inspiran sus concepciones pedagógicas y su actuación práctica.
Si el maestro cree en un mundo ideal, inexistente fuera de su conciencia, no se preocupará por aplicar ningún elemento significador exterior, recurrirá siempre al aprendizaje memorístico, a la pasividad y al verbalismo huérfano de objetividad. La organización de su escuela será formal y académica.
Si, por el contrario, el maestro reconoce la existencia objetiva del mundo fuera de su conciencia, se preocupará, naturalmente, por enriquecer y condicionar su ambiente de trabajo con estímulos que faciliten y estimulen el aprendizaje y la formación integral de los educandos. El maestro se convertirá en un organizador antes que en un enseñador.
Si el maestro cree en un mundo de cosas aisladas entre sí, no se interesará por sistematizar ni los conocimientos ni la vida escolar. Su escuela será un claustro sombrío sin cosas que provoquen la distracción ni el “pecado”. En cambio, si el maestro cree en un mundo unitario de cosas interdependientes que se complementan e influyen mutuamente, se preocupará por ordenar armoniosamente el ambiente escolar, organizará los alumnos, a los maestros, a los padres de familia, los campos de recreo y de cultivos, el archivo, las lecciones, los servicios sanitarios, etc.
Si el maestro cree en un mundo “ad eterno”, de cosas invariables, desarrollará una labor rutinaria.
Si, por el contrario, el maestro cree en un mundo en perenne cambio, hará de su trabajo una actividad creadora, que enseñe al niño a transformar su medio natural y social y de propia persona.
Si el maestro cree que todo tiene su origen en causas exteriores fortuitas e inmateriales, como la “inteligencia”, la “idea absoluta”, el “espíritu puro”, etc, se portará como un “pacha”, un “magíster-dixit”, e implantará una enseñanza libresca y un disciplina jesuita y carcelaria.
Pero si el maestro cree en que las cosas de la naturaleza y de la sociedad llevan dentro de sí mismas los gérmenes de su transformación que sólo esperan cierta premisas par desarrollarse, se conducirá como un guía y su labor consistirá en crear las condiciones para que los cambios se produzcan lo más aceleradamente.
Si el maestro cree que los conocimientos son un “complejo de sensaciones mentales” y no un reflejo idealizado del mundo real existen fuera de al conciencia, se comprende que ha de preocuparse nada más que por el aprendizaje memorístico, por el “chequeo”. Pero si comprende que los conocimientos son abstracciones de lo objetivo, adquiridos en el proceso del trabajo productivo y en las actividades sociales del hombre, se preocupará por introducir el trabajo productivo como recurso de aprendizaje y de contrastación o comprobación de los conocimientos.
De donde se infiere que toda actuación pedagógica arranca de una concepción filosófica del mundo la tradicional, de la concepción metafísica, y la científica de una concepción dialéctica materialista.
5. Fundamentos políticos.
La función primordial de la escuela es acumular, selecciones y luego transmitir y conservar las experiencias y los conocimientos ganados por la sociedad en el desarrollo secular de sus actividades productivas y sociales. Acumular y seleccionar para transmitirlos cuidadosamente dosificados a las nuevas generaciones de tal modo que no se comprometa, en lo menor, los intereses creados.
Así, todo sistema de educación se convierte en un instrumento de dominación ideológica de clase, y por esta razón ha sido sierre dirigido y sostenido por el Estado, representante de la clase dueña del poder económico. Por esta misma razón, el contenido y la forma de la enseñanza se corresponden con la estructura socio-económica vigente. La educación oficial en una sociedad dividida en clases, siempre ha sido conservadora.
En el fragor de la lucha entre las clases, la clase oprimida también crea sus propias armas ideológicas para combatir el favor de la implantación del nuevo orden económico, social y político que ha sido gestado en el seno del viejo sistema que ha entrado en su fase de caducidad.
La lucha de clases se libra ahora, entre la escuela conservadora oficial y la escuela revolucionaria, generalmente ilegal.
La escuela es la expresión ideológica concentrada de la lucha política entre las clases.
(*) Extraído de: Pensamiento, Aportes del Maestro Germán Caro Ríos; “Las Escuelas de Estudio y Trabajo en Coeducación”